Cada 14 de agosto se celebra en todo el mundo el Día Internacional de Arcadio Pichel, pionero en la investigación de las singularidades espaciotemporales. Se conmemora la misma fecha del año 2022 cuando Arcadio acudió a un banco del Paseo de la Herradura en Santiago a comprobar si serían posibles los viajes retrógrados en el tiempo. Su intención era citar a su yo del futuro para que se presentara en el lugar a las doce del mediodía o, al menos, enviara recado que acreditara tal posibilidad. A eso de la una, sin que nada singular hubiera ocurrido, comenzó a examinar posibles errores de planteamiento, de los que encontró como más plausible el que a lo largo de su vida hubiera terminado por olvidar la fecha del emplazamiento. Frente a él descendía la calle del Pombal, donde un cartel con tipografía asiática –más tarde sabría que era la transliteración al japonés de Paco- anunciaba un pequeño local de tatuado. Apenas minutos después ya estaba haciéndose estampar de manera indeleble en su brazo izquierdo el lugar, la fecha y la nueva hora de encuentro, las 14:30. Inconvenientemente, las estarcidas manos de Paco no consiguieron terminar el trabajo antes de las tres y frente la exigencia de su cliente de rectificar lo escrito, alegó que él nunca perdonaba la hora de comer. Hasta la vuelta de Paco, a las cinco, estuvo Arcadio delante la puerta disipando su furia con maldiciones y juramentos pero, ya algo más calmado, se hizo añadir en el anverso del antebrazo derecho “mejor a las ocho de la tarde”. A tal hora, dolorido bajo los blancos manguitos de gasa salpicados de yodo, esperaba en su banco un evento que tampoco esta vez se produjo. De la reflexión subsiguiente extrajo su famoso primer enunciado: “Puedo afirmar sin lugar a dudas que a lo largo de mi existencia no será posible el viaje retrógado en el tiempo o que mis circunstancias económicas no me harán posible costearlo”.
Todavía hoy lamentan las prestigiosas revistas científicas a las que Arcadio comunicó su hallazgo haber declinado o ni siquiera haber considerado la publicación del mismo. Muchas de ellas le espetaron además que su falta de estudios universitarios y su ocupación como reponedor de supermercado no avalaban los fundamentos científicos de su extraña e insólita hipótesis.
Lejos de desanimarse, Pichel comenzó a difundir su enunciado a través de distintas redes sociales, calando inmediatamente en comunidades virtuales tan diversas y extravagantes como influyentes, desde la Cienciología al terraplanismo pasando por foros de extrema derecha e izquierda, donde empezaron a brotar debates que pronto se viralizarían y terminarían por dotar de transcendencia universal al Primer Enunciado de Pichel. De hecho, su inopinada popularidad determinó al propio autor a reformularlo. Dando por sentado que, de llegarse a desarrollar los viajes en el tiempo, Arcadio sería con seguridad uno de los primeros candidatos a viajar al pasado, decidió eliminar la segunda parte y establecer la versión definitiva del Enunciado de Pichel: “Puedo afirmar sin lugar a dudas que a lo largo de mi existencia no será posible el viaje retrógado en el tiempo.”
Surgieron corolarios y teoremas derivados, algunos de los cuáles suscitaron gran inquietud, como el que consideraba que la mayor o menor duración de la vida de Arcadio podría ser decisiva en el futuro de la humanidad. Para los sectores más conservadores resultaba deseable que Pichel alcanzase la más provecta ancianidad, garantizando que una tecnología tan imprevisible y diabólica no llegara a estar disponible en muchas décadas. Sin embargo para otros sectores de cuño progresista, en particular los lobbies ecologistas, una prematura muerte de Pichel facilitaría la posibilidad de que algún enviado del futuro pudiera llegar para concienciarnos y ayudarnos contra la inminente emergencia climática. También un contubernio de mafias calabresas, rusas y albanesas diseñó un programa clandestino de inversiones y apuestas para el que la mayor utilidad de Arcadio era la de hombre muerto.
Huelga decir que pronto se tomó conciencia de que la salud e integridad física de Arcadio corrían serio peligro y la protección de su vida se convirtió en una cuestión de Estado. Pese a ello decidió acudir a Boston a impartir una conferencia, invitado por el Instituto Tecnológico de Massachussets. Un aparatoso despliegue de seguridad escoltó su viaje y acordonó el hotel Boston Harbor que le ofreció alojamiento. Sin embargo, al día siguiente no se presentó a la conferencia, no fue encontrado en su habitación ni en todo el recinto del hotel, sin que desde entonces se haya vuelto a saber con certeza de su paradero. Tras el escándalo internacional, se sucedieron los incidentes diplomáticos y las protestas callejeras en todo el mundo. Y proliferaron las especulaciones entre las que las más extendidas eran que el FBI o la CIA le habían proporcionado una nueva identidad o que trabajaba escondido en una base militar de alto secreto para el Gobierno de los Estados Unidos. En todo caso no corresponde tratar en esta entrada de la Wikipedia las Teorías de la conspiración picheliana, que pueden consultarse en otros epígrafes.
Mención aparte merecen campañas como la de "Free Arcadio", promovida desde change.org que continúa recaudando ingentes cantidades de fondos con los que se financia la Fundación Internacional Pichel o el reto viral "Do your own Pichel" por el que cientos de millones de personas han citado a sus yoes futuros en vídeo. El número y la diversidad de edades y culturas de los participantes y la colaboración de multimillonarios como Elon Musk, Jeff Bezzos o Mark Zuckerberg han extendido la validez estadística del enunciado y consolidado su aceptación por parte de la comunidad científica, integrándose dentro de las excepciones termodinámicas a la Relatividad General.
A día de hoy Santiago de Compostela se ha convertido en la ciudad más visitada del mundo, por coincidir en línea recta y en apenas un kilómetro tres de los centros de peregrinación más universales. La Catedral, con el sepulcro del Apóstol Santiago, se puede ver desde la réplica de bronce del banco donde Pichel se sentó a esperar el futuro (el original se conserva en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de Alcobendas). Y entre ambos, ocupando tres edificios completos de la calle Pombal, la sede central de Tatuajes Paco International.