viernes, 25 de noviembre de 2011

Dejar de "preveer"

Me tiene negro (uy, perdón) escuchar permanentemente la palabrita. En menos de 24 horas ya he oído a un hombre del tiempo decir que no se preveen lluvias en el Mediterráneo, a una contertulia de TVE espetar que se preveen movimientos de cara al próximo congreso del PSOE y a un tipo en un anuncio de Audi sosteniendo que su misión es preveer el futuro. No querría insultar la inteligencia de nadie explicando que prever significa ver con anticipación y que se conjuga igual que el verbo ver del que procede. Ni que no existe el verbo preveer sino una confusión permanente y, en algunos ámbitos intolerable, con proveer, que es cosa bien distinta. Harto me tienen de las preveisiones meteorológicas, económicas y políticas y de tanto merluzo preveisor. Y preveisora, no faltaba más.

El caso es que la propagación de estos disparates es más virulenta que la de una gripe aviar, supongo que porque a los pollos  y las ( ) que largan en los medios no se les vacuna preventivamente en la escuela contra el disparate lingüístico.
Así ha ocurrido con otras pestes televisivas como la de "negarse en rotundo", en lugar de en redondo o rotundamente, con la "metereología" -que no es extraño que acabe "preveyendo"- o los "areopuertos" que deben de ser puntos de desembarque de áridos.

Solo queda confiar en el rumoreado regreso de Mecano para al menos ponerle música inolvidable al gazapo y la torrija patria.

Te dije, nena, dame un beso
tu contestastes que no (sic)

lunes, 21 de noviembre de 2011

Apuntes del 20N

Con su flamante mayoría absoluta, el Partido Popular parece haber dado un vuelco electoral. Pero no deja de tener algo de engañoso. En realidad apenas ha aumentado en medio millón los más de diez millones de votos que obtuvo en la anterior legislatura. Menos incluso que los que dieron una mayoría simple y exigua a Zapatero en 2008. La diferencia  la marca el descalabro del PSOE, que pierde más de cuatro millones de electores.
Respecto al resto de partidos es destacable que entre el tercero y el cuarto más votados (IU y UPyD) suman más sufragios que todos los demás que -aparte de los dos principales- obtienen representación. Sin embargo sólo suman 16 diputados, frente a los 38 del conglomerado nacionalista. El escaño más caro es cada uno de los de UPyD. Casi 228.000 votos. El más barato, el de Amaiur, menos de 48.000. El endémico periodismo anumérico, se apresura a culpar a la ley d'Hondt, por si quedaba alguna duda de su analfabetismo mátemático. Nada que ver. Es la circunscripción provincial la que genera ese esperpento. La única vía para que el voto de cada español valga lo mismo en un lugar que en otro sería implantar la circunscripción única, del mismo modo que en las elecciones al Parlamento Europeo.

Hablando de Amaiur, aun dispuesto a asumir las contradicciones y paradojas de la democracia parlamentaria, su presencia en el Congreso me resulta tan inquietante como si a Netanyahu se le da por predicar el sionismo en una mezquita de Gaza. Comprendo que haya que agradecerles que hace apenas unos meses hayan dejado de apoyar el asesinato como estrategia política. Que no pierda la esperanza el recién detenido hijo de Gadafi. Con una rectificación y en menos de lo que reposta un camello a lo mejor también le encuentran un carguito representativo en Naciones Unidas.

Pese a lo que puedan parecer a primera vista, analizando al detalle los resultados electorales, sigo encontrando el trazo sociológico de las trincheras de la Guerra Civil en las que algunos han pretendido afianzar su identidad y la de sus votantes, a falta de ideología suficiente o apta para el consumo. Espero y deseo que algún día, tanto la crisis como la brecha, acaben de superarse. Entretanto, enhorabuena a los premiados.