Miles de sufridos profesores han tomado hoy las calles de Santiago y de Madrid en protesta por los recortes en la calidad de la enseñanza pública, elaborado sinónimo del incremento de las horas lectivas semanales a 25 en Galicia y a 20 en Madrid. Resulta llamativo que la convocatoria haya tenido mucho más éxito en la capital del Reino, donde acaso las horas coticen más minutos. En lo que todos coinciden es en la consideración de que a mayor trabajo de los enseñantes peor es la calidad de la enseñanza. Este dato me confirma la estupidez de la mayor parte de mis amigos, que envían a sus hijos a colegios privados, donde cada docente imparte como mínimo esas 25 horas que convertirán a sus alumnos en perfectos cenutrios incapaces de competir el día de mañana con sus compañeros de la escuela pública. Y pagando, oiga. Quizá sea eso, una oscura conspiración a favor de la enseñanza privada (algo he oído) para, rebajando la calidad de la pública, equipararlas convenientemente a qué sé yo qué intereses mercantiles.
Durante días tirios y troyanos y sus respectivos medios han esgrimido titulares sobre datos estadísticos que demuestran una cosa y la contraria. Ya se sabe que la estadística es puta y promiscua y se va con cualquiera sólo por joder. Lo que llama la atención es que todos se remitan a la misma fuente, el informe de la OCDE Panorama de la Educación 2011 (Education at Glance 2011), unas 495 páginas en inglés de datos comparativos. Para los menos valientes incluyo aquí un resumen de seis páginas referidas a España.
A la luz del susodicho informe, tienen razón los que afirman que los docentes españoles imparten más horas lectivas que la media de la OCDE, 880 horas frente a 773. Y además en menos tiempo, en 37 semanas (porque disfrutan 10 días más de vacaciones que la media). Dividiendo horas por semanas obtenemos algo más de 23 horas semanales. Que vayan celebrando en Madrid que van a trabajar menos. Eso sí, también es verdad que el número total de horas trabajadas al año es de 1.425, o sea, 235 menos que las 1.660 que promedia el conjunto de países (véase pag. 428).
También atinan los que sostienen que los profesores españoles están entre los mejor pagados del mundo. En datos ponderados sobre poder adquisitivo y excluyendo a Luxemburgo, país que sólo sirve para blanquear dinero y reventar estadísticas, en todas las escalas salariales están entre los dos o tres países con mayores retribuciones (pag. 415). Si además se comparan estos emolumentos con los salarios de otras profesiones de titulación universitaria superior, nuestros profes son como La Roja, campeones del mundo indiscutibles (pag. 417). Falta les hará para afrontar los gastos ingentes que suponen las 15 semanas de vacaciones.
Llama también la atención que pese a tener una de las ratios más bajas de alunmos por profesor (8,6 frente a 13,5) España supera levemente la media en alumnos por aula (pag. 404). No acabo de adivinar si faltan alumnos, sobran profesores o escasean las aulas. A mis amigos manirrotos e inconscientes que perjudican la educación de sus polluelos en caros colegios privados decirles que en éstos, encima, tienen unos 15 pupilos por docente.
Y si eso no basta, decir también que, ponderado el PIB por habitante, la enseñanza pública española es la tercera del mundo en mayor gasto por estudiante. Ahí es nada.
Cómo se puede hablar de recortar el despilfarro, de aumentar las horas de trabajo, de reducir el gasto, si con el ímprobo esfuerzo de estos sufridos huelguistas y sus mariachis sindicales, la decidida inversión del Estado y la inteligente gestión de nuestros sucesivos gobernantes estatales y autonómicos hemos conseguido colocarnos según el último informe PISA en el puesto 34 del mundo en comprensión de lectura, en el 36 en Matemáticas y en el 37 en Ciencias.
Y, si encima despiden a los interinos, quién va a ser ahora capaz de encender el ordenador, conectar el cañón o hablar en inglés, ¿eh?. O es que van a obligar a los funcionarios a reciclarse y aprender Física postnewtoniana. Qué quieren, ¿que acabemos tan mal como en la enseñanza privada, como los hijos de los burros de mis amigos?
Ah! donde quedan los viejos preceptores del ágora que enseñaban por el placer de abrir la mente de sus pupilos y no, como ahora, que no todos pero si una buena parte, que sueltan su rollo y si lo pillas bien, de lo contrario, tu problema y cuantas menos horas mejor, no vaya a ser que trabajar como el común de los mortales (o como los sufridos y despistados padres que trabajan para enviar a sus retoños a un privado)les estrese mas de la cuenta.Anónima.
ResponderEliminarCreo que las preguntas más interesantes que se pueden hacer sobre esta debatida cuestión son:
ResponderEliminar-¿Disminuye la calidad de la enseñanza al aumentar el número de horas lectivas del profesorado o incrementar el ratio alumnos/profesores? La respuesta, si nos atenemos a los resultados del estudio PISA, es no.
-¿Si se invierte más dinero en Educación mejorarán nuestros penosos resultados en los estudios PISA? Definitivamente, no.
-¿Cómo podemos mejorar entocnes esos resultados? Mejorando la cualificación e incentivación del profesorado a través de una profunda reforma en el sistema educativo.
Los datos que sustentan estos argumentos se pueden encontrar en: http://www.fedeablogs.net/economia/?p=14116
Un saludo, querido amigo.
Sundance-Kid
El mayor problema del sistema educativo público español no son las horas lectivas de un grupo que evidentemente trabaja pocas horas.
ResponderEliminarLa clave está en formar gente competitiva en un mundo tan competitivo como el actual y, para ello hay que competir con las reglas de juego de nuestros competidores. Y nuestros competidores compiten hablando en inglés.
La cuestión es entonces cuantas horas de la carga lectiva deberían de ser impartidas en el idioma de Shakespeare. Desde mi punto de vista, no menos del cincuenta por ciento, debiendo estar incluidas dentro de ese porcentaje todas las asignaturas de ciencias.
¿Están estos que ahora protestan capacitados para formar a los alumnos en la lengua inglesa? ¿Debería haber un reajuste de plantillas y contratar profesores que si lo estén?
That’s the question!
Greetings from Oviedo,
Un compostelano español madridista de vocación, obradoirista y compostelanista de nacimiento y devoción políticamente incorrecto que le gusta mirar a los ojos de la gente.
Pido disculpas por haber tardado más de lo usual en contestar, pero ante todo gracias María Anónima, compadre Sundance y a mi amigo blanco y en botella.
ResponderEliminarMuy ilustrativo el link y acertadas las preguntas.
Añado alguna más: Cuando los profesores en particular y, en general, los funcionarios que padezcan recortes salariales o incremento en la jornada laboral, advierten de que se van a deteriorar los servicios públicos ¿están amenazando con trabajar peor, con dejar de cumplir con su obligación?
En el fondo ¿no es buena parte del problema que las Administraciones Públicas se comporten más como un servicio de empleo, de colocación, que como verdaderos servicios públicos orientados al bienestar de sus usuarios?