viernes, 1 de abril de 2011

Inside Job. Terror financiero.

Merece el Oscar al mejor documental que le han otorgado. Más que su espléndida cinematografía, más que su lúcido retrato de cómo se ha gestado durante muchos años la crisis económica que ahora padecemos, lo que sobrecoge es el abismo ante el que nos coloca, la convicción de que nada esencial ha cambiado para que podamos siquiera adivinar cuándo y dónde tocaremos fondo.
Charles Ferguson, productor y guionista de Inside Job, vendió en su día a Microsoft su  FrontPage (el primer programa popular de diseño web, integrado hasta hace poco en la suite Office) para, con sus dividendos, financiar su carrera como cineasta. Y la verdad es que se ha convertido en un estupendo realizador, que ya apuntaba alto en su anterior largo Irak, la guerra sin fin. Pero además de ello, por su amplia trayectoria profesional, es también un certero analista de la realidad política, social y económica.
Aunque el cine de Michael Moore pueda parecer un referente, Inside Job cae mucho menos en concesiones demagógicas. Su relato -a través de entrevistas con personajes de primerísima fila y del más alto nivel- es tan asequible para el entendimiento medio, como eficaz para conseguir estremecer con una realidad sin apenas aditivos. No será el primero en denunciar que, desde la era Reagan, la economía financiera ha ido devorando como un cáncer a la economía real, pero retrata como pocos la perplejidad de descubrir cómo algo tan previsible ha llegado a pasar de todos modos.
Probablemente desde la caída del Muro, alejado de presupuestos y estrategias el fantasma de un conflicto nuclear, el único motor de la política y la economía haya sido la codicia ilimitada. Sus ingenieros y promotores (el poder, en la práctica), por medio de una plaga de sanguijuelas llamadas derivados, han conseguido desangrar a las clases medias hasta casi proletarizarlas. Como bien revela Ferguson, no hay menos negocio en arruinar una empresa que en levantarla. Se puede ganar mucho dinero fomentando inversiones y a la vez apostando contra ellas. La tajada está en el cambio de valor. Un ejemplo actual son las presiones contra la deuda de algunos Estados como Irlanda y Portugal. Hacer quebrar un país puede ser increíblemente lucrativo. Mención especial en el film para la corrupción de las agencias calificadoras de riesgos como Moody's o Standard & Poors.
Las casi dos horas de metraje de Inside Job transcurren trepidantes como un thriller, a medida que se acerca a sus desasosegantes conclusiones. Los artífices y responsables de nuestra ruina han amasado increíbles fortunas y comisiones con ella, nos han hecho cubrir a los ciudadanos las pérdidas de su desfalco para, con la más descarada impunidad, volverse a poner al frente de la economía en el Gobierno de Obama. Las prometidas regulaciones y reformas se han quedado prácticamente en humo. Wall Street ha recontratado generosamente a los políticos y la Política ha fichado a los ejecutivos de los bancos y agencias responsables de la debacle.
No es de extrañar que el narrador del documental sea Matt Damon, uno de los primeros defraudados de Obama. Pero no conviene engañarse pensando que ésta es una crisis generada exclusivamente desde Wall Street. El ejemplo islandés del principio del documental, de cómo es posible llevar a la quiebra en pocos años a un país rico,  ilustra perfectamente lo globalizadas que están esas prácticas rayanas en la estafa y de hasta qué punto los políticos de todo el mundo son meros títeres de intereses económicos siniestros. Sin ir más lejos, la reunión en La Moncloa de los cuarenta la..., de los cuarenta líderes empresariales y financieros españoles es una reveladora instantánea de lo antedicho.
En suma, merece la pena el visionado de Inside Job, aunque no nos deje mejor cuerpo, ni apenas lugar para la esperanza. Al menos para saber cómo y por qué podremos necesitar antidepresivos.

6 comentarios:

  1. Oscar a la mejor película documental y que uno desearía que fuese ficción...
    Para los que hemos tenido que aprender a marchas forzadas lo que significa subprime, índice de apalancamiento,derivados, SWAP y otros palabros, para los que no acabábamos de entender cómo hipotecas impagadas en EEUU podían llevarnos a la crisis, para los que no entendemos cómo se puede atacar financieramente monedas, países o fondos y para los que queríamos pensar que las cosas estaban cambiando. Es indignante que semejantes prácticas hayan quedado impunes cuando sus autores tienen nombre y apellidos. Es escandaloso que estos nombres y apellidos aparezcan hoy al lado de cargos en la administraciòn Obama....puaaggg

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  2. Lo veré a ver si me crispo un poco más con este mundo ¿que nos ha tocado vivir?...Cómodo pensamiento que alimenta a estos c...

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  3. Sí, Cris, pero aquí tampoco es mejor, no hay más que ver qué empresas acogen a expresidentes, ministros y altos cargos en general, para comprender quién manda.
    Besote

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  4. Tranquila, Ros. Por lo menos tus "decisiones estratégicas" parecen estupendas :-) . Serán la buena noticia del año, sin duda.
    Besos

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  5. http://www.filosofiahoy.es/Filosofia_Hoy_Apertura.htm

    En el número 2 de esta revista hablan precisamente de este temilla de la crisis. Es la revista de la que te hablé, a pesar del título es perfectamente asimilable por el entendimiento medio que antes mencionabas.

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  6. Gracias por el comentario y por el link, Ana.
    Le echaré un vistazo, aunque a lo mejor hago primero un cursillo para llegar al entendimiento medio, que del documental no he pillado ni una :-)

    Besos

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